Alteración neurótica debida al estrés ambiental excesivo. Presenta episodios recurrentes del hecho traumático, respuesta emocional exacerbada y estado de ánimo fluctuante. Sus efectos alterados pueden ser leves o severos. Al paso del tiempo, esta patología es, cada vez, más frecuente, aunque no todos responden de manera excesiva a ese evento adverso, ya que se requieren diversos factores combinados.
Entre otras causas están los incendios, explosiones, accidentes aéreos, desastres naturales, inundaciones, terremotos, tornados, tratamiento inhumano, alteraciones sicológicas, constitucionales y lesión corporal coexistente, especialmente en la cabeza.
La característica principal es la reexperimentación del trauma. Se recuerda el hecho con pesadillas que despiertan al paciente al reproducir y revivir los episodios como si estuvieran sucediendo; hay ansiedad crónica, estado de alerta excesiva, insomnio, dificultad en la concentración y alteraciones de la memoria; pueden desarrollar reacciones fóbicas a situaciones que rememoran el acontecimiento, aumentando los síntomas agudos. Los pacientes pueden ser emocionalmente débiles, irritables, inquietos, temblorosos y manifestar explosiones de conducta violenta.
Además, pueden recurrir al alcohol o drogas en un intento por disminuir su estado, pierden interés en sus objetivos habituales, se sienten emocionalmente muertos, la inseguridad los agobia, tienen miedo hasta de salir a la calle, se sienten a disgusto, con terror hasta dentro de la misma casa, pueden perder peso y no pueden solos. De repente y de la nada, ocurre el pánico que creen perder la razón o tener enfermedades graves.
Muchos pacientes experimentan remisión de sus síntomas; en otros casos, el trastorno se hace crítico y dura meses o años, causando incapacidad significativa, el pronóstico es malo y la recuperación puede no llegar, debido a la ganancia secundaria que obtienen por la compensación recibida por su trauma.
El tratamiento se dirige a aliviar los síntomas predominantes, como ansiedad y depresión cuando esta última existe. Los medicamentos para combatirlas no deben utilizarse por tiempo prolongado, pues son propensos a desarrollar dependencia farmacológica. Terapias alternativas, como sicoterapia, acupuntura, herbolaria, masajes y técnicas de relajación, práctica de yoga y otras de este tipo dan buenos resultados.
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