Son la sensación de frío que se acompaña de temblores y, en la mayoría de las veces, con fiebre. Pueden deberse a exposición a bajas temperaturas externas y falta de abrigo. Influyen la edad y el género, pues los recién nacidos, los ancianos y las mujeres se quejan, con frecuencia, de intolerancia al frío; en el caso de estas últimas, en su edad reproductiva por la pérdida de sangre en la menstruación; el estrés y mal estado de salud, también son factores.
Un mal estado nutricional, dietas escasas o deficientes en vitaminas del complejo B ocasionan mayor sensibilidad al frío. Los escalofríos y temblores en pacientes con hipotiroidismo, diabetes, bajo sistema inmunológico, cáncer y Sida pueden ser signos de probables infecciones, al igual que por infecciones urinarias, septicemia, meningitis, paludismo o tuberculosis y medicamentos, como interferón beta, que los pede producir por efecto secundario.
Los pacientes con escalofríos deben someterse a investigación para buscar las posibles causas. Cuando los síntomas persisten o se acompañan de fiebre o sudoración nocturna puede tratarse de alguna enfermedad grave que requiere atención médica; además de elaborar historia clínica completa, investigar su dieta, estilo de vida y estrés, solicitar análisis de sangre para buscar anemia, hipotiroidismo o infecciones.
Entre las medidas preventivas y tratamientos alternos están la protección contra cambios de temperatura, usar ropa adecuada, ingerir infusiones calientes y realizar cambios alimentarios correctos. La medicina tradicional china sigue una dieta con alimentos calientes y evita los fríos. En general, se recomienda tomar alimentos cocidos, en lugar de crudos.
Se debe limitar el consumo de alcohol, cafeína y tabaco, ya que aumentan la intolerancia al frío; tomar té caliente con jengibre o de manzanilla y suplementos vitamínicos de los complejos B y C, así como minerales, diariamente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario