lunes, febrero 15, 2010

Un día después de San Valentín

Ama y protege tu corazón

El Día de San Valentín tiene todo que ver con asuntos del corazón. La gente pasa tiempo de calidad con aquella persona especial, sale a pasar una velada romántica mientras cenan e intercambian pequeños regalitos y detalles que demuestran su amor. Es temporada alta para las flores, dulces y diamantes. Pero, si invertimos tanto tiempo y esfuerzo agasajando a estos amores de nuestras vidas, no sería bueno también recordar al corazón más importante de todos: el que bombea dentro de nosotros en todo momento.

El amor es el mejor sentimiento del mundo y haríamos cualquier cosa para que esa persona especial se sienta apreciada e importante. Si bien es cierto que disfrutamos poner todo nuestro corazón en hacer felices a las personas amadas en ese día especial, también debemos detenernos un momento para pensar en nuestro propio apreciado corazón.

“Es un hecho que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte a nivel mundial, con más de 17.2 millones de decesos anuales por enfermedades del corazón1. “Ha llegado el momento de ser sinceros con nosotros mismos y evaluar el estilo de vida que llevamos. ¿Llevas una vida saludable?, ¿Mantienes una dieta equilibrada?. Lo más probable es que haya cabida para mejorar, especialmente cuando se trata de reducir la ingesta de comidas con perfil nutrimental pobre y mejorar tu nutrición y la de tus personas amadas”.

Paradójicamente, una alimentación saludable no significa excluir grasas de tu dieta. La recomendación de expertos en salud y nutrición es consumir hasta el 30 por ciento de la energía diaria a través de las grasas, ya que proveen protección a nuestros órganos, nos ayudan a regular nuestra temperatura y son una fuente de energía muy eficiente. Son necesarias para absorber vitaminas (A, D y E) y para mantener la piel y el cabello en buen estado. Algunas grasas requieren de mucho más amor que otras: las esenciales que nuestro cuerpo necesita todos los días.

Las grasas queridas que debemos amar

Las esenciales juegan un papel importante en el crecimiento, renovación celular y en el desarrollo normal del cerebro y la mente. Más importante aún, está comprobado científicamente que estas grasas, que encontramos en la información nutrimental como poliinsaturadas, pueden influir favorablemente sobre el colesterol sanguíneo, lo cual ayuda a mantener un corazón sano, reduciendo, con ello, el riesgo de los ataques cardíacos e infartos.
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1 Fuente: World Heart Federation

Dado que nuestro cuerpo no es capaz de producirlas, la única forma de obtenerlas es a través de la dieta diaria; de preferencia, en cantidades óptimas. Para incluir de forma adecuada las grasas esenciales a ella, prefiere productos elaborados con aceites vegetales (ricos en grasas esenciales), en lugar de los elaborados con grasas animales. Por ejemplo, hay que utilizar aceite de canola o margarina en lugar de manteca de cerdo y mantequilla.

Las grasas que nos pueden romper el corazón
Décadas de investigaciones contundentes han concluido que las grasas saturadas en exceso tienen un efecto negativo en la salud del corazón, ya que pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares como infartos2. Podemos encontrar grasas saturadas en las animales, como manteca de cerdo o mantequilla. Utilizar margarinas, ricas en poliinsaturadas, en vez de mantequilla sobre el pan, en el desayuno puede ayudar a nuestro corazón a largo plazo.
Tomar el primer paso, es muy sencillo: averigua el tipo de grasas que contienen los alimentos que consumes. Llegó la hora de estar consciente de tu corazón y de comenzar a trabajar en un estilo de vida más saludable. Así, que tato en el Día de San Valentín, como los días subsecuentes, asegúrate de cuidar al corazón que amas y toma un momento para pensar en el que traes dentro.
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2 Fuente: Jakobsen MU, O'Reilly EJ, Heitmann BL, Pereira MA, Bälter K, Fraser GE, Goldbourt U, Hallmans G, Knekt P, Liu S, Pietinen P, Spiegelman D, Stevens J, Virtamo J, Willett WC, Ascherio A. Major types of dietary fat and risk of coronary heart disease: a pooled analysis of 11 cohort studies. Am J Clin Nutr. 2009 May;89(5):1425-32.

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