El maravilloso xoconostle
La tuna de xoconostle aporta al organismo importantes cantidades de fibra, minerales, vitamina C y antioxidantes por su contenido fitoquímico, informó el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa).
En un estudio sobre el xoconostle se estimó que hay entre 9 y 15 variedades, las más comunes son el cuaresmeño y el burro o blanco, especies que crecen en forma silvestre, aunque ya se cultivan con fines comerciales.
Los investigadores del INIFAP evaluaron el contenido de compuestos nutricionales y farmacéuticos del cuaresmeño y encontraron que su consumo en fresco, junto con la cáscara, aporta una importante cantidad de antioxidantes. El contenido de vitamina C de la piel y cáscara es de 199 miligramos, mayor al de la pera, que es de 2.1 gramos, y del durazno, chabacano, plátano, naranja y fresa
La cáscara del xoconostle aporta un tercio del requerimiento mínimo diario de vitamina C para un adulto, es decir, 60 miligramos. La piel contiene lo doble de antioxidantes que la cáscara y siete veces más que la pulpa. La combinación de antioxidantes, como fenoles solubles, vitamina C y betalainas, lo ubican como un fruto superior a la fresa, mora azul y cereza.
Históricamente, el xoconostle se ha consumido en fresco, pero, en la actualidad, se industrializa, como ingrediente para salsas, botanas, dulces, licores o para acompañar bebidas alcohólicas.
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