lunes, julio 12, 2010

De la tradición mexicana

Jaqueca

Es un malestar reconocido como padecimiento o síntoma de diversas enfermedades, según el Diccionario de Medicina Tradicional de México de la UNAM, cuya información es sólo cultural.

Popularmente, su origen se asocia a un mal viento o aire que penetra al organismo y se estaciona en la cabeza o a desequilibrio en la temperatura corporal en que el calor se desplaza o concentra en dicha región anatómica por exponerse al frío cuando el cuerpo está caliente, andar descalzo, mojarse los pies, permanecer largo tiempo bajo el sol, cargar en la cabeza objetos pesados, comer a deshoras y ciertos estados de ánimo, como un coraje, mal humor, depresión, un castigo divino o brujería cuando el dolor es persistente y reacio a los tratamientos.

Para los zoques de Tapalapa, Chiapas, existe el kobajk toya, dolor momentáneo en la frente que se extiende a toda la cabeza y que se exacerba al realizar movimientos bruscos, y el kobajk met, dolor punzante, agudo y duradero. Los yaquis la identifican como dolor intenso a la altura de las sienes y nuca, que se repite a diario y que es más común en invierno.

Los tratamientos son, fundamentalmente, remedios herbolarios de aplicación externa para extraer el agente causal y restablecer la distribución de la temperatura corporal, como chiquiadores, cataplasmas y compresas preparadas con hojas de albahaca (Ocimum basilicum), ruda (Ruta sp.), tabaco (Nicotiana sp.), rodajas de papa (Solanum tuberosum) o de pepino (Cucumis sativus).

Aplicación local de macerados alcohólicos de plantas, algunas urticantes, como el laal (Urtica urens), popoox (Tragia yucatanensis) y tankasché (Zanthoxylum fagara o Pilocarpus racemosus) o adherir a la zona de la dolencia, hojas de ciertas hierbas con una pomada mentolada o loción que colocan en un paño y atan fuertemente a la cabeza. Asimismo, se acostumbra presionar o tallar la parte dolorida con hojas de ciertas plantas y lociones o dar masajes con el auxilio de pomadas y otras sustancias grasas.

También se usan baños locales y generales con cocciones o macerados acuosos o hidroalcohólicos de especies vegetales, como la albahaca, limpias con plantas aromáticas y ceremonias específicas, si la causa es sobrenatural.

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