Espanto de sueño
Esta enfermedad se fundamenta en la creencia de que el alma, espíritu o sombra abandona el cuerpo durante el sueño y regresa cuando el individuo despierta, según el Diccionario de Medicina Tradicional de México, de la UNAM, cuyo carácter es sólo cultural.
En su vagabundeo, el alma es susceptible de ser atacada y capturada por otras entidades anímicas más poderosas, seres sobrenaturales o no logra reintegrarse al cuerpo a causa de un despertar repentino.
Para los zoques de Tapalapa, Chiapas, este mal aparece cuando el alma (kojama) se asusta en sueños por una "visión maligna" o es atacada por una kojama más poderosa, interpretándose las pesadillas como el conjunto de vicisitudes a las que se expone la entidad anímica. En San Bartolomé Rayón lo adjudican a un sueño amedrentador, provocado por un Yach pa'ti (espíritu de la noche) maligno, que captura las almas incautas durante las horas nocturnas.
Los tzotziles de Chenalhó, Chiapas, señalan que el alma de quien duerme puede ser víctima de un engaño por la de un difunto o por otra más poderosa que la domina y castiga. En Cuijla, Guerrero, se cree que cuando un individuo sueña, su sombra viaja a lugares recónditos. Durante estos recorridos, está en peligro de sufrir el ataque de otra sombra enemiga, que puede ser de un vivo o de un muerto, lo que la incapacita para regresar o también cuando la persona está soñando y se le despierta abruptamente. En ambos casos, el dueño de la sombra se enferma y puede morir, pues el cuerpo no puede vivir largo tiempo sin su sombra.
Para la curación, se solicitan los servicios del especialista en "agarrar la sombra" y como medida preventiva se aconseja despertar en forma gradual a la persona dormida para que su entidad anímica tenga el tiempo suficiente de reintegrarse al cuerpo.
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