El apio (Apium graveolens L.) es una hierba aromática, con hojas muy divididas cuyos soportes rodean al tallo. Las flores son de color lila o blancas y muy pequeñas. Sus frutos son de forma redonda.
Se utilizan sus hojas y ramas, en cocimiento, para problemas digestivos como vómito, empacho, enlechado de niños, cólico estomacal, frío en el estómago, estreñimiento y afecciones hepáticas y diarrea.
Para la diarrea se mezcla con guayaba (Psidium guajava), hierbabuena (Mentha piperita), tamarindo (Tamarindus indica), arrayán (Psidium sartorianum), granada agria (Punica granatum), lima corriente (Citrus limetta), estafiate (Artemisia ludoviciana spp. mexicana) y orégano (Origanum vulgare).
En cataplasmas preparadas con el polvo de la hojas y menta (sp.) y mezclados con manteca de cerdo, se usan en los senos mujeres que crían cuando presentan abscesos, en desórdenes ginecológicos como falta de menstruación y para disminuir la producción de leche en mujeres que amamantan.
Para padecimientos renales, se recomienda contra el dolor de riñón, vejiga y retención de orina y en enfermedades respiratorias, contra asma, afonía y catarro pulmonar, según la medicina tradicional, cuyo carácter es sólo cultural.
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