domingo, octubre 09, 2011

De la tradición mexicana


Calambres

Los calambres son dolores temporales que se presentan de forma intempestiva en las extremidades del cuerpo, con sensación de engarrotamiento y hormigueo, según la Medicina Tradicional de México, cuyo carácter es sólo cultural.

En Chiapas, reconocen como causas al aire y malos sueños. En Morelos, las parteras adiestradas refieren que son un malestar frecuente en la mujer en los últimos meses del embarazo, originado por ingerir sal en exceso, padecer nerviosismo o deficiencia de calcio".

Para los purépechas de Michoacán se deben a cambios bruscos de temperatura, salir al aire cuando se está caliente o quitarse los zapatos después de caminar mucho, lo que hace que el frío suba y quede atrapado en los músculos, provocando el malestar.

Para curarlos se calienta la región adolorida con sobadas y aplicación de emplastos. En Baja California, colocan sobre la parte afectada una cataplasma muy caliente preparada con ruda (Ruta chalepensis), albahaca (Ocimum basilicum), artemisa (Ambrosia artemisiifolia), romero (Rosmarinus officinalis) y yerbabuena (Mentha spp.), fritos en sebo de riñonada.

Los veracruzanos de La Capilla frotan chichicastle (Urtica chamaedryoides) sobre los músculos contraídos; en Papantla, utilizan fomentos de epazote (Teloxys spp.) o baños con agua de romero. Los chiapanecos friccionan la parte dolorida con hojas de chijilté (Sambucus mexicana) calientes.

Los morelenses soban con alcohol la región afectada con movimientos ascendentes y, como prevención, recomiendan a la embarazada beber mucha agua, no tomar sal en demasía e ingerir suplementos de calcio y un licuado de leche con huevo, incluyendo la cáscara.

Para la medicina académica, los calambres son resultado de contracciones involuntarias, dolorosas y transitorias de un músculo, sobre todo de la pantorrilla o del estómago, o dolores abdominales durante el parto, originados por la compresión de los nervios obturadores y plexos sacros por la cabeza del feto.

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