El resfrío es una enfermedad de calidad caliente, particularmente común entre la población purépecha durante diciembre y enero. Las causas más frecuentes que lo originan son una mojada de lluvia o bañarse cuando hace frío.
Los terapeutas tradicionales formulan el diagnóstico a partir del interrogatorio al paciente, observación de su semblante y de los ojos y la revisión de la frente para constatar el aumento de la temperatura.
El tratamiento busca quitar el calor del interior del cuerpo, mediante la aplicación de un emplasto e ingestión de un té para hacerlo sudar. Se realiza, generalmente en casa del paciente para impedir que le dé el aire frío, según la medicina tradicional mexicana, cuyo carácter es sólo cultural.
Para preparar el emplasto el terapeuta asa un jitomate o dos en el rescoldo o ceniza, los pela y los pone en una cazuela con un poco de alcohol, una pizca de carbonato, sal y el jugo de dos limones; mezcla los ingredientes, los calienta y aplica en todo el cuerpo del paciente.
En las plantas de los pies, coloca el emplasto sobre una hoja de mazorca que luego amarra con un trapo; finalmente, le da un té de canela bien caliente y le recomienda que se acueste, al otro día no se bañe y que se levante cuando ya no haga frío.
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