Salud entre los pueblos indígenas

Formas de tratar el empacho seco

El empacho seco se distingue de los demás de este tipo por la ausencia de diarrea. Es creencia popular que determinados alimentos o sustancias se pegan al estómago al ser ingeridos lo que origina ese problema, según la medicina tradicional mexicana, cuyo carácter es sólo cultural.

Sus manifestaciones son claramente reconocidas. En Oaxaca, Puebla y Veracruz son dolor y sofocamiento de estómago, falta de apetito, lengua blanca, aliento y eructos fétidos, palidez, ojos hundidos, llanto, estómago inflamado y duro que emite un sonido hueco a la percusión, mientras que al tacto se percibe como si se deslizara agua debajo de la piel.

En Nahuzontla, Puebla, además de lo anterior, se reportan calentura y dificultad para obrar. En Hueyapan, Morelos, se señala que el enfermo obra seco, como si fuera ceniza, y en el Distrito Federal y Morelos, se destacan los malestares de asco, sed y estómago caliente.

Para tratarlo, en Puebla, Veracruz y Oaxaca, utilizan infusiones de hierbabuena (Mentha piperita) y mirto (Salvia microphylla), y tres lejías hechas de ceniza, tequezquite y carbonato, que pueden sustituirse por Alka-Seltzer, además de aceites que facilitan la digestión, como el de comer, y se complementa con maniobras y masajes.

En Nahuzontla, se administra durante tres días, en ayunas, un té de hojas de laurel (Litsea glaucescens) con manzanilla (Matricaria recutita) y un poco de carbonato, acompañado de una cucharada de aceite de San Sebastián. En Hueyapan, se ingiere jugo de naranja (Citrus aurantifolia) con carbonato y azúcar.

En el Distrito Federal y Morelos purgan al paciente con aceite de ricino, de oliva o de comer o con una cucharada de manteca quemada con tequezquite. Para quitar el calor en el estómago, amarran el abdomen con un lienzo con hojas frescas de higuerilla (Ricinus communis) o col (Brassica oleracea), picadas con una escobeta y untadas con manteca o grasa de pollo, acompañada de carbonato.