Zafadura de cadera
La zafadura de cadera, como la mayor parte de problemas musculoesqueléticos, se produce por accidentes, como caídas y golpes.
En este tipo de afección, el hueso sólo está salido de su articulación. El huesero establece el diagnóstico palpando la zona lesionada, según la medicina tradicional mexicana, cuyo carácter es sólo cultural.
El tratamiento consiste en sobar la región lastimada previamente calentada con trapos mojados en un cocimiento, preparado con hojas de la yerba del corazón, malva de cochino y árnica. Si la zafadura está en otra parte del cuerpo, una vez preparado el cocimiento, se deja enfriar a una temperatura soportable por el enfermo. El paciente introduce el miembro dañado en el recipiente para que los vapores calienten la zona, desinflamen y aflojen los músculos. Así permanece hasta que el agua se enfría.
En la zafadura de cadera, después de sobar, el huesero aplica un parche poroso y faja al enfermo con un rebozo grande para que el cuerpo apriete; la faja se mantiene hasta tres meses después de concluida la terapia.
En las zafaduras de otros huesos, una vez enfriado el cocimiento, se seca la parte lesionada y se envuelve con un trapo mojado con aguardiente de caña para que el calor del cuerpo baje de manera gradual; al día siguiente, se repite la terapia. Después de la tercera curación, la zona afectada se descubre y se aplican masajes.
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