La gota es un padecimiento, por lo general crónico y, muchas veces, hereditario. Es común en quienes llevan una vida sedentaria o comen en exceso, sostienen especialistas en este tipo de problema de salud.
Se manifiesta por crisis inflamatorias que afectan a una serie de articulaciones. Antes del ataque agudo, el paciente se vuelve irritable, tiene trastornos digestivos, dolores de cabeza, rigidez muscular y dolor renal, entre otras manifestaciones más.
Los ataques son nocturnos y se calman por la mañana. Prosiguen las siguientes cuatro o cinco noches, por lo regular.
También se recurre a la fitoterapia, donde las hojas de alcachofa, raíz de celidonia, tallo de dulcamura, hojas de fresno y las manzanas juegan un papel importante en la cura.
Menos comunes, pero que, al igual, son muy efectivos, son la masoterapia, balneoterapia e hidroterapia. Todos dan excelentes resultados.
Igualmente, son buenos los tratamientos con el clima, en los que se debe evitar el frío húmedo y hacer vida al aire libre; ergoterapia y la dieta, basada en consumo de caldo de verduras y jugos de frutas, y la psicoterapia, consistente en evitar contrariedades y practicar la distensión psíquica.
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