miércoles, julio 01, 2015

Diseño del nuevo ser humano

Tratamientos preventivos

Desde siempre, se ha dicho que la mejor forma de mantener la salud es prevenir las enfermedades.

Esto es muy cierto, pero tiene sus asegunes.

La mayoría de los jóvenes y personas en edad madura no tienen esas preocupaciones. Al menos, no les interesa, de momento.

Esto es condición humana. Siempre ha sido y será así.

De hecho, el Martirologio Romano está lleno de personas que vivieron una juventud desenfrenada y sólo cuando la Naturaleza ya no les respondía, dieron el cambio hacia un tipo de vida tranquilo y sosegado.

Muchos de ellos alcanzaron los altares y ahora son prototipo de vida sana y virtudes personales, independientemente del credo religioso que profesaran.


Las instituciones de salud cuentan con programas de medicina preventiva. La mejor medicina es la prevención, dicen en sus eslogans, pero esto es sólo voces en el desierto.

Clínicas y hospitales del sector salud están llenos de personas adultas o viejos quienes enfrentan los problemas propios de su edad; jóvenes sólo unos cuantos y, por lo general, asisten a causa de algún traumatismo o infección.

Es cierto que muchos jóvenes practican deportes aeróbicos; también lo hacen algunos adultos, pero, en el caso de los primeros, el objetivo no es la salud, sino la belleza.
Tener un cuerpo esbelto es parte de la vida moderna.

Esto se acrecienta por la imagen que difunden actores y actrices en los medios de comunicación en los que lucen figuras bien equilibradas que causan la envidia de adolescentes, sobre todo, de las mujeres que están más atentas a la imagen que proyectan sus ídolos.

Los tratamientos preventivos siempre han estado presentes en la vida cotidiana. En libros, revistas, artículos periodísticos y hasta en la enseñanza oral.

Se les conoce de distintos nombres: recetas de la abuela, cómo tratar los problemas de salud sin medicamentos, alternativas de vida saludable y otros más.

A últimas fechas, las redes sociales ofrecen multitud de esos tratamientos. Muchos de ellos son sólo copias de otros artículos que carecen información más detallada; otros, dan santo y seña de cómo utilizarlos y cuándo recurrir a ellos o hacer uso de estos remedios caseros.

Todo está ahí, pero sólo se va a acudir a ellos cuando se trata de solucionar un problema de salud. Antes, no.

Estos tratamientos alternativos son similares a la buena alimentación. Van a lo último de las necesidades personales.

Más ahora cuando la mercadotecnia invade todo el quehacer humano.

Siempre será más fácil y atractivo comprar algún aditamento en el vestido humano que dé la impresión de tallas menores antes que hacer un cambio benéfico en la dieta diaria.

También está la facilidad que ofrecen ciertos medicamentos de venta libre para tratar algunos de los problemas más comunes.

Es la medicina curativa, no la preventiva.

Para recurrir a esta última, ya habrá tiempo, casi siempre cuando los achaques surgen o ya están en su pleno apogeo y, algunas veces, en forma inútil.

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