miércoles, julio 01, 2015

Diseño del nuevo ser humano

Saber comer

La búsqueda de una mejor alimentación, alejada de la comida industrial, que mejore la salud de la población, es una vía que ya no tiene regreso.

Cada día, más personas tratan de cambiar el actual tipo de alimentación que ha desembocado en problemas de salud graves, como la obesidad.

Médicos y trabajadores de la salud, al igual que profesionales y gente común luchan, a diario, por encontrar esos nuevos estilos saludables de vida.

Es el caso de Jamie Oliver, chef inglés, nacido en Essex, quien realiza el proyecto antiobesidad, propuesta que busca acabar con la ignorancia general sobre la comida.

Oliver, quien es miembro de la Orden del Imperio Británico (MBE), presentó el proyecto Food Revolution Day (Día de la Revolución Alimentaria) que ofrece educación e información alimenticia, como claves para combatir la desnutrición y obesidad de millones de niños en el mundo.

Es uno de los chef más influyentes de Reino Unido y sus platillos, por lo general, son una mezcla de cocina italiana con oriental, en los que tienen un papel importante las hierbas aromáticas y especias.

Bajo el pretexto de la gente está demasiado ocupada, que los productos son demasiado caros o desconocer la forma de prepararlos, dan pie a echar mano de la comida rápida o precocida.

La propuesta de Oliver no está reñida con comer platos deliciosos y nutritivos. De hecho, sus menús completos se preparan en sólo 30 minutos, a base de ensaladas, postres y bebidas.

Actualmente, más del 43 por ciento de infantes, entre cinco y 11 años de edad, sufren obesidad y sobrepeso en México y la malnutrición pone en riesgo su salud, al igual que en todo el mundo.

Obesidad y sobrepeso son factores de riesgo clave para el desarrollo de enfermedades no transmisibles –principales causas de muerte en el mundo–, como diabetes, cáncer y males cardiacos.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad se relacionan con un mayor número de decesos a nivel global que el bajo peso. Muertes que pueden ser prevenibles.

La mayor parte de la población global se concentra en países –ricos y en desarrollo con economías emergentes– donde el sobrepeso y obesidad matan a más personas.

Los niños con sobrepeso y obesidad están, a la vez, pobremente nutridos. “...están expuestos a alimentos hipercalóricos, ricos en grasa, azúcar y sal y pobres en micronutrientes, que suelen ser bajos en costo, pero también en la calidad de los nutrientes”, indica la OMS.

Entre el sedentarismo y alto consumo de jugos de fruta artificiales, refrescos, cereales azucarados, papas fritas, dulces, galletas y harinas refinadas con colorantes artificiales, como el ”amarillo ocaso” y “rojo allura”, y conservadores como benzoato de sodio, cuya alteración en la conducta infantil (hiperactividad y déficit de atención) con respaldo científico, cada vez aumenta el número de niños obesos y con sobrepeso que viven con enfermedades de adultos.

A través de la iniciativa citada, Oliver exhorta a los gobiernos a luchar por la educación alimentaria en las escuelas para combatir esos problemas relacionados con la dieta y, desde hace 10 años, se dedica a promover y concientizar sobre la importancia de la alimentación sana.

“Creo que es un derecho humano de los niños que aprendan a cultivar y crecer alimentos frescos y nutritivos en la escuela”, asegura Oliver, quien en marzo pasado, lanzó la petición global en Change.org, bautizada como #FoodRevolutionDay, durante una visita a Australia.

“Las enfermedades asociadas con la dieta son una de las principales causas de muerte en nuestros países y una cuarta parte de nuestros niños tienen sobrepeso o son obesos. Creo que los padres del mundo quieren arreglar esto y seguir adelante”, afirmó Oliver.

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